Lo más bonito del viaje son los encuentros.
Sí, otra cosa que confirmamos de nuevo. Lo más bonito del viaje son los encuentros. Lo más preciado son los cabos que nos unen a todos esos hombres y mujeres de mar que sienten el viento y que entienden el lenguaje de las olas y hablan el idioma del océano —dice el capitán mirando el horizonte en el que se distingue ya la silueta de la isla de Fayal.
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